Crecí en el lago Hamilton en Hot Springs, Arkansas. Mi familia siempre tuvo un bote y disfrutábamos del esquí acuático, el jet ski, la pesca, los paseos en bote y el wakeboard. Toda la familia usaría el bote; tías, tíos, primos, hermanos y padres. Por lo tanto, todos atracarían de manera diferente, utilizando varias técnicas. Uno usaría un nudo y la siguiente persona otro.  O, alguien intentaría manipular la línea para que el bote o el muelle no se dañaran. O bien, la longitud de la línea podría no haber sido la longitud correcta, y así sucesivamente. A menudo, una persona se golpeaba los pies y los dedos de los pies con el taco. Y para complicar los problemas, podríamos detenernos en un restaurante y no encontrar líneas para atracar el bote. Toda la experiencia fue estresante porque el conductor intentaba atracar sin dañar el barco o el muelle, mientras los pasajeros buscaban frenéticamente las líneas. Entonces, se me ocurrió una línea de muelle/barco retráctil para resolver todos los problemas de amarre.